LITERATURA

Los primeros versos dedicados a la Sierra de Guadarrama datan del siglo XIV, y se le atribuyen al Arcipreste de Hita, quien atravesó esta sierra en uno de sus viajes a Segovia, dejando plasmadas sus aventuras en sus cánticas serranas:

Tornéme para mi tierra dende á terçer dya:

Mas non vyn´ por Loçoya, que joyas non traya;

Cuydé yr por el puerto que disen la Fuentfría:

Herré todo el camino, como quien non sabía.

También el Marqués de Santillana escribió en el siglo XV versos a esta Sierra, teniendo que pasar más de un siglo para volver a encontrar referencias literarias de la Sierra de Guadarrama. Es en el Siglo de Oro (S. XVI y XVII) cuando algunos autores vuelven a dirigirle la mirada y, si bien no cobra un especial protagonismo, podemos encontrar algunas citas si indagamos en la obra de escritores como Cervantes, Góngora, Lope de Vega, Juan Ruíz de Alarcón o Rojas Zorilla.

A Góngora corresponde el siguiente soneto, de la colección Sonetos Heroicos, XXVII «A la Paffada de los Condes de Lemos por los Puertos de Guadarrama”:

Montaña inafcefsible, opuefta en vano

Al atrevido paffo de la gente,

O nubes humedezcan tu alta frente,

O nieblas ciñan tu cabello cano.

Y de Lope de Vega son los siguientes veros, incluidos en El Isidro, Poema Castellano:

…De su nieve densa y fría

Guadarrama se cubría

y el río su curso eterno,

forzado del hielo interno,

a su pesar detenía…

También durante los siglos XVIII y XIX, algunos autores neoclásicos y románticos escribieron acerca del Guadarrama, como Villarroel, Moratín, Jovellanos y Tassara. A este último, único escritor romántico de los citados, pertenece el soneto que se incluye a continuación:

Cumbres de Guadarrama y de Fuenfría,
Columnas de la tierra castellana,
Que, por las nieves y los hielos, cana,
La frente alzáis con altivez sombría:

Campos desnudos como el alma mía,
Que ni la flor ni el árbol engalana:
Ceñudos al nacer de la mañana,
Ceñudos al morir de breve día:

Al fin os vuelvo a ver tras larga era:
Os vuelvo a ver con el latido interno
Del patrio amor que vivo persevera.

Para mí y para vos llegó el invierno:
Para vos tornará la primavera,
Mas mi invierno ¡ay de mí! será ya eterno.

Sin embargo, el grupo de escritores que más frecuentemente se asocia a esta sierra es el de la Generación del 98, fuertemente vinculados a la Institución Libre de Enseñanza y a la figura de Giner, siendo alguno de sus componentes alumno suyo. Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Antonio Machado fueron algunos de los autores noventayochistas que dedicaron a la Sierra de Guadarrama algunas de sus páginas. Muestra de ello son estos versos de Machado:

¿Eres tú, Guadarrama, viejo amigo,

la sierra gris y blanca,

la sierra de mis tardes madrileñas

que yo veía en el azul pintada?

Por tus barrancos hondos

y por tus cumbres agrias,

mil Guadarramas y mil soles vienen,

cabalgando conmigo, a tus entrañas.

Por su parte, Ciro Bayo, escritor contemporáneo a la Generación del 98 pero a quien la mayoría de los especialistas no inscriben dentro de ésta, escribió lo siguiente en su Lazarillo Español:

…en invierno, las enormes masas de nieve que cubren los picos del Guadarrama, dan al paisaje un carácter alpino, bello y sorprendente. Aquí y acullá y a cada momento, os recrea tan pronto una llanura, tan pronto una colina; ora un boscaje, ora un salto de agua; bien un horizonte velazqueño, bien la lejana silueta de Madrid; delectaciones y voluptuosidades más íntimas y de más valía que cuantas se proporcionan los paseantes en corte.

Finalizamos con unos versos de Enrique de Mesa, considerado “el poeta de la sierra”, sobre cuya pertenencia a los noventayochistas hay opiniones encontradas:

Corazón, vete a la sierra;

derrotado del amor,

viste sayal de pastor

y oye el cantar de la tierra…

Corazón, vete a la sierra

y acompaña tu sentir

con el tranquilo latir

del corazón de la tierra.