El monte Perímetro de Canencia se encuentra situado en la vertiente meridional de la Sierra de Guadarrama constituyendo, junto a la Sierra de Ayllón, el sector oriental del Sistema Central.
Su altitud oscila entre un máximo de 1863 metros y un mínimo de 1150 metros, cotas que se corresponden con Los Tres Mojones y el Arroyo de Canencia, respectivamente, estableciéndose una altura media de 1498 metros.
Su relieve es el propio de la Unidad de paisaje natural de las sierras medias del Sistema Central(1), unidad a la que pertenecen las sierras de La Morcuera, Bustarviejo, La Cabrera y Cabeza de Arcón.
El accidente tectónico más importante de la zona objeto de estudio es la Falla de Canencia, dividiéndola en dos conjuntos: la Sierra de Canencia o Altos del Hontanar al noroeste, cuya cumbre más alta es el Espartal (1733 m), y las Sierras de la Morcuera, Bustarviejo y la Cabrera al sureste, formando las dos primeras un imperfecto arco donde se sitúa Cabeza de Arcón.
Se trata de sierras en las que no existen huellas glaciares, aunque sí periglaciares, moderadas en extensión y que no superan los 2000 metros de altitud, bien delimitadas entre sí mediante valles y collados profundos, como el Puerto de Canencia o los Valles de Miraflores y Bustarviejo.
El terreno es accidentado, caracterizado por fuertes pendientes en las partes elevadas y más suaves en las zonas inferiores, existiendo una pendiente media del 26,5 % para todo el monte.
Su litología, constituida por granitos y gneises de alto grado de metamorfismo, es el principal condicionante de los caracteres morfológicos de estas cumbres. Estas rocas graníticas y gneísicas presentan una gran fracturación, resultando formas de modelado que se derivan principalmente del diaclasado ortogonal característico del relieve granítico siendo, por tanto, la fragmentación tectónica de la roca el factor esencial para explicar las diversas formas que se desarrollan, tales como domos, tors, lanchares, berrocales, bolos, bloques, pilancones, sillas, piedras caballeras y taffonis.
Los bloques son masas rocosas voluminosas que se originan por la alteración superficial, la descamación y el diaclasado ortogonal. Si el diaclasado no es ortogonal, las formas a las que da lugar son redondeadas, y se denominan bolos. Estos fragmentos graníticos dan lugar a macroformas como domos, lanchares, tors y berrocales.
Los primeros son la forma más representativa del modelado curvo granítico. Se trata de formas en resalte más o menos abovedado que se localizan esencialmente en cumbres, interfluvios y vertientes altas. Estos, en su evolución, pueden alterarse formando capas que se van desprendiendo y constituyendo una nueva forma de relieve granítico denominada lanchar.
Los tors son apilamientos de bloques paralelepipédicos con una fisonomía más o menos ordenada en torres o castillos que refleja que hubo ausencia de movimiento, o éste fue escaso, pudiéndose ver la red de diaclasas original que facilitó la fragmentación.
Los berrocales, por su parte, son acumulaciones de bloques de roca granítica de perfiles redondeados y diversos tamaños que confieren al paisaje un aspecto caótico. Pueden aparecer formando cerros más o menos amplios e incluso llegar a constituir terrenos extensos que dominan el paisaje.
Sin embargo, estas macroformas propias del relieve granítico están más presentes en los alrededores de la zona que venimos analizando que en el monte Perímetro de Canencia, donde sí abundan las formas menores, destacando los pilancones, las sillas, las piedras caballeras y los taffonis.
Los pilancones son oquedades que se producen en la superficie de las rocas graníticas. Pueden ser de dos tipos: de fondo plano, en los que la alteración progresa principalmente en las paredes laterales, y profundos, en los que la erosión progresa en profundidad. 
Estos últimos presentan uno o varios canales de desagüe, mientras que los primeros carecen de ellos y pueden dar lugar a sillas si en su evolución sufren una gran erosión en uno de sus laterales.
Los taffonis son también oquedades de dimensiones variadas que se producen en rocas graníticas, pero en las paredes de éstas.
Por último, las piedras caballeras son bolos rocosos aislados que frecuentemente se presentan culminando macroformas graníticas en equilibrio aparentemente inestable.
(1) Gómez Mendoza, J. (dir.) (1999) Los paisajes de Madrid: naturaleza y medio rural. Madrid: Fundación Caja Madrid. Alianza Editorial.
MONTE PERÍMETRO DE CANENCIA 